El último pensamiento de la vieja escuela.

Rhendell Zambrano
4 min readFeb 10, 2017

--

Al escuchar que alguien tiene un aprendizaje a la vieja escuela, inmediatamente se nos viene a la mente la imagen de John McClane saltando de la azotea del Nakatomi Plaza agarrado de la manguera de bomberos.

Y sin exagerar, mucha de las personas que eran expertas en un área hace mucho, ahora son aquellos que tenemos en la foto del relicario para que nos entregue toda la sabiduría divina. La realidad es que con el paso del tiempo muchas cosas han ido mejorando, quizás no son más simples, pero seguro son más llevaderas.

Pero hay algo que en la vieja escuela no era tan bueno, y es un pensamiento retrogrado que puede hundirte hasta el fondo si no logras evolucionar y no es más que aquel de “Las personas son recursos que valen más, mientras el costo de su hora de trabajo es menor”.

“Las personas valen por lo que saben y lo que son capaces de hacer.”

Finalmente lo entendí y fue el último pensamiento de la vieja escuela que saqué de mi cabeza. Les cuento como pasó.

Desde que empece a trabajar, en los tiempos cuando Sauron aún no dominaba la tierra media, existían 2 empleadores donde podías hacer vida y ganar dinero para crecer socialmente, las grandes empresas y las empresas medianas. Eran tiempos donde las llamadas StartUp no asomaban la cabeza y la democratización de las ideas en pro del bien común era tan extrañas que si fungías como libre pensador corrías el riesgo monumental de arder en la hoguera en cualquier momento. Creo que de ahí vienen la frase que puedes escuchar en los pasillos de esas oficinas cuando algo no sale bien y en la búsqueda de un responsable dicen “Empezó la cacería de brujas”

Aprendí que las personas eran un recurso mal llevado, no les tomaban como seres vivos capaces de aprender y mejorar, si no, como un activo depreciable y su valor era colocado de acuerdo a que tan barata era su tarifa con respecto a las horas trabajadas.

Mi último trabajo como empleado por cuenta ajena, me hizo abrir los ojos y querer dedicarme a algo más allá que trabajar por sobrevivir, en ese momento me sentía como si trabajara en Mordor haciendo el bien. Quería algo que tuviera sentido para mí, y por su puesto, que mejorara la economía.

Es allí donde decido aprender todo para dedicarme al desarrollo FrontEnd basado en los principios de usabilidad.

Pasado un buen tiempo aprendiendo, tomo la decisión que ya es hora de sacar a jugar a mis nuevas habilidades, sin embargo, aún no tengo la experiencia que se necesita. Y más en un mundo laboral donde al buscar empleo te piden 5 años de experiencia comprobada en cuanto lenguaje recuerden el nombre, manejo de todos los diferentes marcos de trabajo y bases de datos, la piedra de la montaña solitaria que cuida Smaug y la espada excálibur …con una nota, claro está, que dice “si no la puedes sacar, debes traerla con la roca”.

En ese momento vino a mí ese pensamiento tercermundista, si no cobro seguro que puedo entrar en cualquier lado, y me aviento cual Alicia tras del conejo blanco a escribirle a las personas que llevan StartUp, Estudios de diseño y otros, que además son mis iconos como empresa.

Descubrí la realidad actual detrás de ese pensamiento. Los emprendimientos exitosos no te miden por lo barato que eres, todo lo contrario. Las personas valen por lo que saben y lo que son capaces de hacer.

De hecho, unos de las personas que le escribí me respondió: “lamentablemente no” y seguido de eso me dice que al momento solo pueden contratar gente Jr. pero que prometa un talento extraordinario. Nunca me cerró la puerta y me comenta que llegado el momento de mostrar ese talento sin duda me contratarían.

Para mi ese momento fue bastante confuso y triste, porque me creó mucha desilusión. Recordé cuando compré la nintendo64 pero no tenían ni Mario 64 ni Zelda: Ocarina del tiempo, cuando me dijeron que santa no existía, incluso, cuando el Chavo se fue de la vecindad.

Pero caí en cuenta de algo. Esa es la verdad, no puedes venderte y contar que la mejor cualidad es que tu trabajo es gratis o de muy poco costo, aunque sea por ganar experiencia. Tienes que mostrar lo que realmente vales, lo que puedes hacer.

“No es nada simple, para ser talentoso tienes que trabajar muy duro”

Además te voy a comentar otra realidad. No es nada simple, para ser talentoso tienes que trabajar muy duro, y no por un rato, todo el fucking tiempo, de día, de noche, a pesar de los estrenos de Star Wars, los nuevos episodios de Game of Thrones o cuando Netflix monta toda la temporada de House of Cards. Sentirás en carne propia lo que vivió Froddo al llevar el anillo único.

… Y al final valdrá mucho la pena.

--

--

Rhendell Zambrano

Diseñador UX | Aprendiz de Behavioral Design | UI | PM | Esposo de una elfa oscura del social media y padre de un hobbit loco.